Además de sus funciones, su precio y sus características estéticas, sin duda para comprar un electrodoméstico es fundamental tener en cuenta su etiqueta energética. En este artículo te contamos por qué es importante valorar la etiqueta energética de un electrodoméstico para escoger el que mejor se ajuste a tus necesidades y mayor eficiencia energética vaya a ofrecerte.
¿Por qué es importante valorar la etiqueta energética de un electrodoméstico?
La etiqueta energética de un electrodoméstico va a indicarte cuál es la calificación energética del aparato así como si éste es respetuoso con el medio ambiente.
Este tipo de etiqueta energética de indica cuál es la calificación energética de un electrodoméstico atendiendo a una escala especial diseñada para evaluar su consumo. Es por ello que con este tipo de etiqueta es posible diferenciar los dispositivos que consumen más de los que consumen menos para poder escoger la opción de compra más eficiente consiguiendo así promover la compra de dispositivos más respetuosos con el medio ambiente y eficientes a nivel energético.
Las etiquetas energéticas valoran los electrodomésticos en una escala de la A hasta la G como nos explican los expertos de arkespai.com. Los dispositivos con etiqueta energética A son los más eficientes y los que tienen la etiqueta G los menos eficientes. Además hay 7 clases de eficiencia energética diferentes identificadas atendiendo a un código de colores y de letras que irán desde el color verde y la letra A para los dispositivos más eficientes hasta el color rojo y la letra G para los menos eficientes.
Estas etiquetas se basan en el Índice de Eficiencia Energética que se obtiene dividiendo la capacidad de cada dispositivo en watts entre todos los watts que consume en una hora. Es por tanto una forma de establecer la relación entre la potencia eléctrica de un dispositivo y su consumo real en unos 60 minutos. Como resultado de esta operación se obtiene un coeficiente energético que nos permite clasificar los aparatos con las etiquetas A+++, A++, A+, A, B, C, D, E, F y G.
Las etiquetas energéticas D, E, F y G son las que se utilizan para identificar a los electrodomésticos menos eficientes, con unos índices mayores de 100. Las etiquetas A, B y C hacen referencia a los electrodomésticos con un consumo energético medio que se ubica entre 50 y 100. Por otro lado encontramos los electrodomésticos A+, A++ y A+++ que tienen una eficiencia energética óptima menor de 50. Siempre que sea posible por tanto deberías escoger estas últimas opciones para conseguir ahorrar a lo largo en la factura de la luz y por supuesto también para contribuir a cuidar el medio ambiente.
Así, un electrodoméstico de clase A puede llegar a consumir hasta un 55 por ciento menos que un electrodoméstico G con lo que tener en cuenta esta información te ayudará a decantarte antes por un electrodoméstico de clase A que por uno de clase G si quieres conseguir ahorrar en tu factura de la luz porque aunque el primer electrodoméstico sea más caro en poco tiempo amortizarás este gasto con lo que se trata de una clara apuesta de futuro.
Como decimos, aunque en la mayoría de casos los electrodomésticos más eficientes serán más caros que los que tengan un consumo energético más elevado, consumirán mucho menos y por tanto te permitirán ahorrar con el paso del tiempo aunque a primera vista pueda parecerte que estás gastando más dinero, porque en realidad lo que estarás haciendo es contribuir de forma eficaz a tu ahorro, como sucede por ejemplo con las luces LED en contraposición con las bombillas clásicas con lo que este tipo de electrodomésticos con etiqueta energética A o A+ se amortizan mucho antes.